Fortalecimiento de la democracia desde los derechos Humanos
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Al hablar de la democracia desde los derechos humanos debemos de entender que en nuestro país estas concepciones que se han arraigado para mejorar nuestra vida como ciudadanos son relativamente nuevas dentro de nuestra historia pues recordemos que México no siempre se ha regido por una democracia ya que durante la mayor parte de su historia, el sistema político mexicano era de autoritarismo y que los cambios claves dentro de este sistema fueron las reformas electorales de 1977, 1990 y 1996, los cuales ayudaron en el proceso de cambio hacia un sistema político tipo competitivo, centrándose en gran medida en transformaciones que encaminaron a lograr que las instituciones fueran capaces de organizar elecciones libres y justas, con las cuales se buscaba generar confianza entre la ciudadanía y así garantizar resultados reconocidos por la sociedad y por los actores políticos, toda esta mecánica se llevó a cabo mediante la construcción de autoridades e instituciones electorales autónomas e imparciales, así como marcos normativos y la creación de reglas dentro de las contiendas, para generar condiciones equitativas de competencia.
Con la fundación de las Naciones Unidas en 1945, muchos de los Estados que eran miembros no tenían, ni contaban, ni ejercían un sistema democrático, “Cuando se redactó la Carta, no se incluyó el término democracia. Aun así, las palabras iniciales de la Carta, «Nosotros los Pueblos», reflejan el principio fundamental democrático de que la voluntad del pueblo es la fuente de legitimidad de los Estados soberanos y, por consiguiente, de las Naciones Unidas en su totalidad” (Unidas, s.f.).
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos en nuestro país surge con la promulgación de la Ley de Procuraduría de Pobres de 1847, pero a mitad del siglo XIX es cuando comienzan a surgir los órganos públicos con la finalidad de proteger los derechos de los cuidados frente al poder público y para 1975 con la finalidad de defender los derechos de los individuos se crea la Procuraduría Federal del Consumidor, logrando que a partir de ahí empezaran a instruir instituciones en defensa del ciudadano en diferentes estado como es el caso de Nuevo León en 1979 con la Dirección para la Defensa de los Derechos Humanos, en 1983 Colima con la Procuraduría de Vecinos, en 1985 la Universidad Nacional Autónoma de México estableció la Defensoría de los Derechos Universitarios, y entre 1986 y 1987 en Oaxaca la Procuraduría para la Defensa del Indígena y en Guerrero la Procuraduría Social de la Montaña, para 1988 en Aguascalientes se crea la Procuraduría de Protección Ciudadana y en Querétaro la Defensoría de los Derechos de los Vecinos y para 1989 en el que en aquel entonces era el Departamento del Distrito Federal se establece la Procuraduría Social y dentro de la Secretaría de Gobernación, se creó la Dirección General de Derechos Humanos, el 6 de junio de 1990 por decreto del presidencial se constituye la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
El 28 de enero de 1992 con la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación se agrega “el apartado B del artículo 102, elevando a la CNDH a rango constitucional y bajo la naturaleza jurídica de un Organismo descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propios, dándose de esta forma el surgimiento del llamado Sistema Nacional No Jurisdiccional de Protección de los Derechos Humanos” (Perez, s.f.), para el 13 de septiembre de 1999 se publica en el Diario Oficial de la Federación una reforma constitucional, decretando que dicho Organismo se constituyera como “una Institución con plena autonomía de gestión y presupuestaria, modificándose la denominación de Comisión Nacional de Derechos Humanos por la de Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Esta reforma constituye un gran avance en la función del Ombudsman en México, ya que le permite cumplir con su función de proteger y defender los Derechos Humanos de todos los mexicanos” (Perez, s.f.).
En la democracia y los derechos humanos los valores de libertad y respeto son los principios fundamentales con los cuales se han celebrado “elecciones periódicas y genuinas mediante el sufragio universal son elementos esenciales de la democracia. A su vez, la democracia proporciona el medio natural para la protección y la realización efectiva de los derechos humanos. Valores que se han incorporado a la Declaración Universal de Derechos Humanos y fueron desarrollados posteriormente en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que consagra el conjunto de derechos políticos y libertades civiles que sirven de cimiento a las democracias auténticas” (Unidas, s.f.).
Dentro de la democracia y los derechos humanos está el estado de derecho el cual ha desempaña una función en la cual se “exige que todos los procesos jurídicos, las instituciones y las normas sustantivas sean compatibles con las normas de derechos humanos, incluidos los principios básicos de igualdad ante la ley, rendición de cuentas ante la ley y equidad en la protección y reclamación de los derechos”…”económicos, sociales y culturales en las constituciones, las leyes y los reglamentos nacionales. En los casos en que esos derechos son justiciables o su protección jurídica se asegura de otro modo, el estado de derecho proporciona medios de reparación cuando no se respeten esos derechos o se utilicen indebidamente recursos públicos” (ONU, s.f.).
Como se trató de explicar los derechos humanos y la democracia están interconectado condicionándose mutuamente para lograr el éxito de una comunidad política, ya que dentro de una sociedad democrática todos los derechos humanos son respetados y protegidos, pues dentro de la democracia los derechos humanos garantizan elecciones libres y justas en condiciones de igualdad política, así como una comunicación abierta y un proceso libre de opinión, asegurando que las decisiones tomadas democráticamente tenga efectividad, y que las instituciones democráticas vean que se cumplan los principios fundamentales como el estado de derecho, la no discriminación y el sufragio universal.
Para fortalecer la democracia desde los derechos humanos es necesario que los gobiernos atiendan los déficits democráticos, las instituciones débiles y la mala gobernanza para así poder proteger, defender y garantizar los derechos humanos de la ciudadanía, pero no solamente que vean el cumplimiento legal, sino construir condiciones adecuadas que ayuden a prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a estos y que fortalezcan sus instituciones públicas, impulsar la participación inclusiva para que nadie se quede atrás, garantizando a los individuos que sus intereses serán protegidos.